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En 2019, las 10 principales causas de muerte representaron el 55% de los 55,4 millones de fallecimientos en todo el mundo. Estas causas se dividen en tres grandes categorías: enfermedades cardiovasculares (como cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares), enfermedades respiratorias (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las infecciones respiratorias inferiores), y afecciones neonatales, que incluyen complicaciones del parto prematuro, asfixia al nacer, traumatismos, sepsis e infecciones neonatales.
Las causas de muerte se agrupan en tres categorías principales:
En 2019, siete de las diez principales causas de muerte fueron enfermedades no transmisibles, representando el 44% de todas las defunciones, y el 80% de las diez principales causas. En conjunto, las enfermedades no transmisibles fueron responsables del 74% de las muertes en el mundo.
La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte, responsable del 16% de las muertes globales en 2019, lo que supone un aumento significativo desde el año 2000, con un crecimiento de más de 2 millones a 8,9 millones de muertes. Le siguen el accidente cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que representan aproximadamente el 11% y el 6% de las muertes globales, respectivamente.
Aunque las infecciones respiratorias inferiores continúan siendo la enfermedad transmisible más mortal, ocupando el cuarto lugar, el número de muertes por esta causa ha disminuido considerablemente, pasando de 3 millones en 2000 a 2,6 millones en 2019.
Las afecciones neonatales ocupan el quinto lugar en la lista de causas de muerte. Sin embargo, en las últimas dos décadas, estas afecciones han experimentado una notable disminución, reduciendo las muertes en 1,2 millones, afectando a 2 millones de recién nacidos y niños pequeños en 2019.
Las muertes relacionadas con enfermedades no transmisibles han seguido aumentando. Por ejemplo, las muertes por cáncer de tráquea, bronquios y pulmón aumentaron de 1,2 millones a 1,8 millones, posicionándose como la sexta causa principal de muerte. La enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia fueron la séptima causa de muerte, afectando de manera desproporcionada a las mujeres, quienes representan el 65% de las muertes por estas afecciones.
Las enfermedades diarreicas experimentaron una de las mayores reducciones, pasando de 2,6 millones de muertes en 2000 a 1,5 millones en 2019. Por otro lado, la diabetes ingresó en la lista de las diez principales causas de muerte, con un aumento del 70% desde el año 2000. Además, la diabetes registró el mayor incremento en las muertes masculinas entre las diez principales causas, con un aumento del 80%.
Enfermedades que alguna vez estuvieron entre las principales causas de muerte, como el VIH/sida, han experimentado una significativa reducción, pasando de ser la octava causa de muerte en 2000 a la decimonovena en 2019, con una disminución del 51% en las muertes.
Por otro lado, las enfermedades renales han incrementado, escalando del decimotercer al décimo lugar, con un aumento de muertes de 813.000 en 2000 a 1,3 millones en 2019.
El Banco Mundial clasifica las economías en cuatro grupos de ingresos: bajos, medianos bajos, medianos altos y altos. En los países de ingresos bajos, las enfermedades transmisibles continúan siendo una de las principales causas de muerte, con afecciones como el paludismo, la tuberculosis y el VIH/sida presentes en la lista de las diez principales causas, aunque en notable descenso. Las enfermedades diarreicas también son una causa significativa de muerte en estos países, a pesar de la disminución de 231.000 muertes en las últimas décadas.
En los países de ingresos medianos bajos, las causas de muerte son más diversas, con cinco enfermedades no transmisibles, cuatro transmisibles y una relacionada con lesiones. La diabetes ha ganado relevancia como causa de muerte en este grupo, subiendo del decimoquinto al noveno lugar.
En los países de ingresos medianos altos, ha habido un notable incremento en las muertes por cáncer de pulmón, mientras que el cáncer de estómago es significativamente más prevalente en comparación con otros grupos de ingresos. En estos países, solo una enfermedad transmisible, las infecciones respiratorias inferiores, figura entre las diez principales causas de muerte.
En los países de ingresos altos, las muertes relacionadas con la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares han disminuido entre 2000 y 2019. Sin embargo, estas enfermedades siguen siendo de las principales causas de muerte en esta categoría. Las muertes por Alzheimer y otras demencias han superado a los accidentes cerebrovasculares, convirtiéndose en la segunda causa principal de muerte en estos países.
Saber por qué fallecen las personas es fundamental para mejorar su calidad de vida. Medir la mortalidad ayuda a evaluar la eficacia de los sistemas de salud y a dirigir recursos hacia donde más se necesitan. La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de invertir en sistemas de registro civil y estadísticas vitales que permitan un seguimiento más preciso de las muertes, lo que facilita la prevención y el tratamiento.
La OMS trabaja en colaboración con socios mundiales para implementar proyectos como el Revealing the Toll of COVID-19, que ofrece herramientas para una vigilancia rápida de la mortalidad y para mejorar la recolección de datos sobre muertes en todo el mundo.
Reunir y analizar datos de calidad sobre las muertes y sus causas es esencial para mejorar la salud global y reducir tanto las muertes como las discapacidades en todas las regiones del mundo.